Citas.

"La vocacion del politico de carrera es hacer de cada solucion un problema. "
Woody Allen

"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados."
Groucho Marx

"la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos profesionales"
Varios autores

domingo, septiembre 11, 2005

El rey del viento

Ha faltado poco para que Fernando Alonso se haya proclamado campeón de Formula I de este año. Francamente estoy desbordado por la cobertura mediática y el fervor popular que ha despertado el piloto asturiano este año. En modo alguno pretendo yo quitarle mérito al muchacho o al título de F1, pero ¿es razonable decir que el día que consiga el campeonato será " un día esencial para nuestra historia"? como dijo el comentarista de Telecinco. Puede ser, si la historia a que alude es la del automovilismo español, aunque me temo que no era eso a lo que se refería.
En Asturias el entusiasmo popular es enorme, hasta el punto de ser ya un símbolo de identidad similar o superior a la santina o la misma bandera. No hay más que ver las tiendas de sourvenirs o fijarse en las referencias de Melendi, por ejemplo. He visto incluir la retransmisión de la carrera del fin de semana en pantalla gigante como un acto más del programa de fiestas de algún pueblo.
A todo esto hay que añadir el premio "príncipe de Asturias" del deporte. Ha quemado etapas muy rápidamente, ya sólo le queda la deificación, aunque, quién sabe, ya hay registrada en Argentina una religión que adora a Maradona....

Bromas aparte, creo que el problema es mio, porque jamás he entendido o he captado el interés del circo de la F1. Para mi la cosa es más o menos así: hay 10 escuderías (creo que todas ellas europeas) que montan motores japoneses y europeos (franceses, italianos, alemanes y ¿británicos?). Hay dos pilotos por escudería, son europeos, sudamericanos y japoneses. Entre los 20 pilotos y las 10 escuderías se juegan cada año dos títulos: pilotos y constructores a lo largo de unas 14 carreras. Año tras año hay escuderías que aspiran como mucho a entrar en los puntos, otras cuya meta es como mucho ganar algún premio y finalmente dos o tres que optan con claridad al título. En esas dos o tres tiene que estar un piloto para tener opciones al campeonato. Para mi esto de alguna manera desvirtúa la competición, o más bien la sitúa en una doble vertiente hombre/máquina donde es necesario el concurso de ambos para ganar. Tanto es el mérito de los pilotos como de las máquinas. Esto contribuye a que me sorprenda un tanto el tirón popular de Fernando. Además, no dudo que pilotar un F1 tiene que ser una experiencia espectacular, pero verlo por la Tv es más bien aburrido, siempre desde mi modesto punto de vista. Y para mi no hay apenas aumento de interés por que el que corre sea un señor que nació en una ciudad que conozco bien y en la que tengo amigos y familiares. Obviamente no conozco personalmente a F.A., en cuyo caso sí que creo que seguiría su carrera con más atención.
Otro aspecto que me llama la atención es su situación como modelo deportivo. Es difícil emular sus actos en el mundo real. Por supuesto que si se usa un video juego se pueden reproducir sus carreras, pero todo el mundo estará de acuerdo en que no es lo mismo. Siempre se puede recurrir al kart, que es donde dio sus primeros volantazos... a los tres años. Resumiendo: uno puede tener el mismo o parecido equipamiento que Raúl, Pau Gasol o incluso Sergio García, pero por mucho tunning que uno haga no va a llegar a la décima parte de la máquina del Sr Alonso. (Al margen, sudores me entran al pensar que haya gente que intente emularle con sus propios coches). Esta dificultad para imitarle hace que me sorprenda aún más su tirón popular. Por otra parte reconozco el hecho de que, como personaje público, es buen modelo, educado y modesto, en principio parece que la fama y la adoración colectiva (insisto, desaforada en Asturias) no le ha colocado en una nube. Quizá se deba a que vive en Oxford.

En fin, el hecho de sentirme extraño dentro del fervor popular no es algo nuevo para mi. Me sucede constantemente con muchos espectáculos deportivos, especialmente con el fútbol. Y es una pena porque me pierdo la sensación embriagadora de ser uno con la masa, del anhelo compartido y de la catarsis colectiva.

Para resumir: por mucho que no entienda la inmensa popularidad ni tampoco me parezca excesivamente justa la concesión del premio príncipe de Asturias (creo que no es más que una maniobra publicitaria, consecuencia del tirón popular) quiero dar mi enhorabuena anticipada al rey del viento (Melendi dixit) por el inminente título mundial, porque se lo ha currado y ha huido del camino más fácil para culminar sus sueños, y eso siempre es una lección.

1 comentario:

heptafon dijo...

Dice FA (23/9/5) que "hay gente en España que se alegraría si no gano el mundial". La habrá, no lo dudo, que hay mucha envidia. Eso si, a pesar de mis comentarios, a mi que no me mire, yo lo que quiero es que gane, y cuanto antes mejor. Que no pase de interlagos sin ser campeón del mundo.

Curioso que algunos británicos piensen que no es el mejor piloto. Y eso que vive allí...

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