Nuevamente Fanny solicita mis impresiones sobre los lugares que he visitado. No se qué responder a sus (inmerecidos) halagos, pero ciertamente me rondaba la idea desde hace tiempo. Creo que en el post del interrail escribía que iba a iniciar una serie de entradas sobre los lugares que he visitado. Pero siempre había alguna otra batalla que me interesaba más: sean convocatorias de referendum, sean caricaturas satánicas. Además, los encargos no parecen dárseme bien, mis entradas sobre Tierno han sido lo menos seguido de este blog desde que lo hice público. Finalmente, recordé que uno de mis primeros proyectos de web personal (y de esto hace más de 5 años) tenía esa temática. De modo y manera que me pondré manos a la obra intentando alcanzar las expectativas despertadas (al menos en Fanny).
Hay, sin duda, personal más cualificado que yo para esta tarea tanto por lugares visitados como por capacidad literaria. Por ejemplo Angel ha estado en Brasil y New York, lugares que no conozco, bueno, en NY pasé 10 horas en un aeropuerto desde dónde se veia el Empire State, pero eso no cuenta. Don`t touch my balls ha estado en Argentina y Cuba, plazas que tengo pendientes. Argentina ha sido asimismo destino reciente de algunos otros contertulios. Entonces, ¿por qué yo, por qué ahora?, pues, parafraseando a un profesor del instituto, porque quiero, porque puedo y porque me apetece.
Me gusta viajar. Creo que puede ser algo genético, mis padres siempre que han podido, han viajado. En el transcurso de los últimos años han estado, entre otros sitios, en Turquía, en Rusia, en Paris, en Budapest, en los paises escandinavos, en Italia, etc... Y yo creo que me han transmitido ese gusto por recorrer otros caminos, otros escenarios. Siempre he encontrado atrayente la sensación de extrañeza que se produce al llegar por primera vez a un lugar. Eso no quiere decir que cualquier lugar me satisfaga, pero sí que cuando lo hace, lo hace en mayor medida. Y eso en ocasiones es un peligro porque me veo muchas veces planeando repetir la visita a casi cualquier destino preso de la fascinación del momento, me veo aquejado de melancolía de tierras extrañas, del deseo de volver a lugares que me eran ajenos días antes.
Cuando en el transcurso de mi vida laboral me ha tocado viajar, también he disfrutado de los desplazamientos que me paga mi empresa. Cierto, es incómodo pasar cuatro meses seguidos en hoteles, pero uno llega a habituarse a esa rutina de avión, hotel y nuevos decorados y nuevos figurantes para los mismos trabajos.
Pues con esta introducción doy comienzo (espero que ahora sí) mis artículos de viajes. No esperéis únicamente crónicas de lugares exóticos. También puedo hablar de la Juécara, barrio de Sama cuyas calles siguen el alfabeto: A, B, C, etc y las travesías se llaman primera travesía, segunda travesía, etc.
9 comentarios:
Hombre, estuviste en el Taj Mahal, ese monumento al amor ¿o es la pilarica un poco más blanca?
¡Qué bien!
Coincide -día más o menos- con la inauguración de la Terminal 4 de Barajas.
Espero con las mismas ganas tanto los vacacionales como los puramente alimenticios.
Respecto a los primeros, hubo un tiempo en que enviaba postales de los sitios raros que visitaba.
De los segundos, los laborales, recuerdo cuando estuvo hospedado varios meses en un Hotel de mucho lustre y abolengo en San Sebastián. ¿Fue ahí donde reservaron para 2 personas y un informático?
Por lo que me han contado y se, es un verdadero sibarita, amigo del buen comer y beber; que todo lo mira y quiere probar.
Vamos, lo que aquí en Canarias llamamos un novelero.
Heptafon, pida precisión. Siempre he querido saber la sinonimia de la palabra NOVELERO. Me temo que se lleva un cuarto de diccionario RAE. Para todo, oiga, vale la novelería.
El Taj Mahal es una tumba. Una hermosa tumba blanqueada.
Prefiero el parqué al mármol.
Y la catedral de León al Taj ese.
Pero me encantaría haber estado allí.
¿Hay que pagar para entrar?
¿Hay que soportar colas?.
(JJ: un novelero también).
...Y Heptafon viajando por otros blogs.
Etoy de acuerdo con la idea de viaje como la llegada a un sitio nuevo y la melancolía de tener que dejarlo (esa necesidad de planear de inmediato un regreso).
Lo de Hepta no es novelería ibérica, salsa rosa de ingenio y vanidad. Es carne vuelta y vuelta. Con un par.
Es que el comentario, este sí, novelero de JJ merecía una respuesta.
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