Aparte de ser una de las canciones más conocidas de Ramoncín ("litros de alcohol corren por mis venas...") refleja de manera bastante sintética y precisa algunas de las características comunes entre Rusia y los países bálticos, herederos todos de una común influencia soviética durante 50 años.
Hormigón. Nikita Kruschev se propuso paliar el problema de la vivienda en la URSS. para ello pobló las afueras de las ciudades de su imperio de interminables series de mazacotes de hormigón. No contentos con ello, los artistas soviéticos encargados de loar las maravillas del socialismo triunfante usaron y abusaron también del hormigón para sus monumentos-mausoleos.
Estos monolitos de hormigon sovieticos están, en general en mal estado de conservación, hasta el punto en que los balcones parecen hojas de noviembre: todavía unidas a la rama pero a las que un viento puede derribar.
No obstante, algunos de ellos están salpicados de negocios mas modernos, hongos de vistosos colores creciendo en un tronco podrido. Uno de estos hongos son los casinos 24h : chiringuitos de máquinas tragaperras abiertos sin interrupción, el atractivo de lo antes prohibido. Hay prácticamente por todos los lados pero nunca demasiado concentrados en una zona. Se da la circunstancia en algunas barriadas hormigoneras donde los únicos establecimientos visibles son estos casinos, algún supermercado y los kioskos de bebidas, de los que hablaré en otro momento. No es que no existan otros establecimientos, es que son muy discretos, como si tuviesen miedo a reflejar la iniciativa privada en un entorno tan carente de ella en origen.
Para no ser demasiado prolijo, y por que estoy un poco vago sigo otro día con mis impresiones post-soviéticas.
Estos monolitos de hormigon sovieticos están, en general en mal estado de conservación, hasta el punto en que los balcones parecen hojas de noviembre: todavía unidas a la rama pero a las que un viento puede derribar.
No obstante, algunos de ellos están salpicados de negocios mas modernos, hongos de vistosos colores creciendo en un tronco podrido. Uno de estos hongos son los casinos 24h : chiringuitos de máquinas tragaperras abiertos sin interrupción, el atractivo de lo antes prohibido. Hay prácticamente por todos los lados pero nunca demasiado concentrados en una zona. Se da la circunstancia en algunas barriadas hormigoneras donde los únicos establecimientos visibles son estos casinos, algún supermercado y los kioskos de bebidas, de los que hablaré en otro momento. No es que no existan otros establecimientos, es que son muy discretos, como si tuviesen miedo a reflejar la iniciativa privada en un entorno tan carente de ella en origen.
Para no ser demasiado prolijo, y por que estoy un poco vago sigo otro día con mis impresiones post-soviéticas.
1 comentario:
Casinos y Hormigón. Tu vienes de Las Vegas, Trón.
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