Citas.

"La vocacion del politico de carrera es hacer de cada solucion un problema. "
Woody Allen

"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados."
Groucho Marx

"la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos profesionales"
Varios autores

jueves, enero 24, 2008

Macchu Picchu

Macchu Picchu tiene un plus sobre otras "maravillas del mundo" su relativa inaccesibilidad. No hay un camino inmediato para llegar, desde que impidieron el acceso a helicópteros, se pueden elegir dos opciones: a pie, por el camino del inca o en tren. En el caso de ir andando, se trata de entre 2 y 4 días de marcha en altitudes entre 3000 y 4000 m. El tren tarda como 7 h desde Cusco y 3 h desde la penúltima estación (Ollantaytambo) para llegar a Aguascalientes, última parada, ya en la base de las montañas que rodean Macchu Picchu. De esta manera no se produce la contemplación casual o sencilla (como, por ejemplo el Coliseo) sino que es necesario un proceso de aproximación, desvelando poco a poco panoramas y perspectivas. Mmmm... esta cualidad también la comparten en cierta medida el Taj Mahal, Petra y Chichen Itzá, bueno y algunas partes de la muralla china. Cuestiones de tiempo nos impidieron otra opción que no fuese el tren. No hicimos el camino del inca.

De buena mañana, a las 7 am, partimos del hotel (Posada Andina) para recorrer en autobús los 10 km que nos separan de la estación de tren de Ollantaytambo. Desde el tren seguimos el curso del río Vilcanota para llegar a Aguascalientes. Atravesamos el pueblo, que tiene un aire mezcla de puesto fronterizo y pueblo turístico. Más de lo último que de lo primero, eso sí, lleno de tiendas que venden todo lo vendible al turista: repelentes de mosquitos, artesanías de todo tipo, ropa, equipamiento para trekking.

Desde la salida del pueblo una carretera serpentea desde el fondo del valle hasta la entrada al parque natural. Dos opciones, de nuevo: andando, unas cuatro horas de subida o en autobus, media hora de vueltas y revueltas, desvelando cada curva nuevos aspectos de valle. El último tramo debe hacerse a pie, unos 20 minutos desde la entrada del parque hasta las ruinas. A los 10 minutos se puede ver este panorama:

(si pulsáis sobre ella tenéis la ampliación, pero cuidado, son 6Mb de foto)

Acostumbrados como estábamos al sol inclemente y a los extremos de frío y calor según la hora del día, nos sorprendió gratamente la presencia de nubes y la sensación térmica agradable: unos 18 ºC. Llegamos a las 11.00 am y había turistas, pero no demasiados, aunque el pico que se ve al final, el Wayna Picchu (o Huayna picchu) no lo pudimos visitar porque ya había cubierto su cupo de 400 visitantes. Estuvimos durante 4 horas viendo las ruinas. Tengo que decir que el guía, Gilmar, se lo curró, ya que conseguimos evitar las aglomeraciones hasta casi el final.

No voy a entrar en detalles, porque no recuerdo todo lo que nos dijeron y porque vosotros mismos lo podéis ver en wiki, pero si puedo deciros que, aun teniendo su parte de montaje turístico, me impresionó el lugar, tanto el entorno como las ruinas.

Cerca del templo principal, en un lugar concurrido por bastantes visitantes, había una vizcacha (un bichejo parecido a un conejo) tomando el sol en una piedra a unos tres metros del límite donde se podía pasear, señalado por una cuerda. Hasta que no lo dije, la criaturita del señor pasó inadvertida a ese pequeño ejército de turistas armados de cámaras digitales. Podría tomar esta anécdota como una alegoría de la apreciación de la realidad, también conocida como "el traje del emperador": se ve lo que se quiere ver o lo que nos han convencido que veamos.

Después de la visita, fuimos a comer a un buffet situado al lado de la entrada al parque. Y luego, de nuevo al autobús para tomar el tren camino a Cusco: 7 horas de viaje. Aquí fue donde sufrí la maldición del inca en forma de gastroenteritis que se me empezó a manifestar a la tercera hora del viaje y me dejó reducido a un estado tan lamentable que me tuvieron que sacar del tren: yo no podía apenas caminar. Pasé una noche dura como corresponde a las noches en que se expulsa todo lo ingerido en los últimos cinco días (o eso parece). Con todo y con eso no ha sido el peor viaje que he tenido... La causa la atribuyo a la coca. Creo haber comentado que, en ocasiones mascaba hojas de coca para evitar el mal de altura. Pues bien, ese día utilicé unas hojas que había comprado en un mercado en Chivay y que guardaban en un saco. Fue lo único crudo y sin lavar que tomé en las 24h previas. Si es que el vicio se paga.

Hala, valió por hoy. Me quedan un par de entradas sobre Perú. Y como 14 del interrail. Amenazo.

PD. He estado buceando un poco por la blogsfera y es sorprendente la cantidad de blogs que no tienen apenas comentarios, con lo que no me quejo por no llegar a los 100 que supera algún conocido enlazado aquí. Quizá lo más extremo que he visto es una brasileña que tiene un blog ¡desde enero de 2003! más de 600 entradas y 76 visualizaciones del perfil y sólo le he visto 1 comentario.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quise repetir la foto que hizo famoso a Martín Chambi. Creo que es la foto que mejor refleja esta verdadera maravilla del mundo. Fue imposible. Chambi la hizo desde un punto ahora inaccesible. Mas me sorprendió que casi nadie conociese a Chambi en Cuzco y alrededores.

Anónimo dijo...

Chambi mostró al mundo su mundo particular. Los que viven allí tienen los hocicos dentro de ese mundo, que tampoco creo que haya cambiado tanto desde entonces. No me extaña que no conozcan al fotógrafo, ni falta que les hace.
Me deja estupefacto lo que cuentas de la brasileña y su blog. Las palabras tenacidad y optimismo se inventaron para ella.

Anónimo dijo...

Heptafon, tú estás muy viajao.

Anónimo dijo...

Brasileña del Alcoyano.

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