Más madera

Los hermanos Marx, unos genios. Anticiparon como nadie el modo en que funciona la economía: un tren que necesita estar permanentemente en marcha, consumiendo para ello unos recursos irrecuperables. No creo que sea necesario concretar más con el ejemplo del ladrillo nacional. Ni con el petróleo.

Hay una diferencia: ese tren tenía un destino, un lugar donde llegar; la economía actual no, me temo. Ellos podían cambiar de tren en la estación de destino. Nosotros no.

Estoy un poco pesimista, quizá sea porque he visto "el incidente" de Shyamalan. Me gustó, pero me dejó un estado de ánimo bastante tétrico.


Entrada programada. Fue escrita el 22 de junio. Todavía no estaba Martinsa con el agua al cuello. Aunque eso no es lo más importante. Creo que estamos llegando al final de un modelo de civilización basada en energía barata, que permite tener en una mesa modesta productos que han recorrido más de 10.000 km desde su lugar de origen. Los vagones empiezan a quedarse sin techo.