Peticiones.

Siempre suelo, en la medida de lo posible, atender las peticiones que me hacen mis lectores. Y a alguna de ellas voy a dedicar esta breve entrada.

Me pedía Sarapo un comentario acerca de la noche de Sant Joan en Barcelona, de la cual conocía por referencias las hogueras. Bien, sólo he estado en dos de tales noches, pero creo haberme hecho una idea. En primer lugar, es una noche de fiesta que es celebrada de manera generalizada. Antes, eran tradición las hogueras, pero ya hace un tiempo que únicamente se permiten en sitios muy concretos. Este año únicamente se encendieron 11 hogueras. Pero este elemento sigue siendo protagonista de la noche, a traves de los fuegos artificiales. Desde un par de semanas antes grandes y chicos hacen acopio de petardos, bengalas y todo tipo de pirotecnia en tiendas estables y otras temporales como la que saqué en la foto el otro día. Esa noche, a partir de la puestaq del sol, se lanza todo el inventario, preferente mente en las plazas y desde los tejados (los cohetes, sobre todo). En el barrio de Les Corts y en el de Gracia las plazas se ven llenas de familias enteras tirando petardos en ocasiones con desprecio evidente de la integridad física propia y ajena. Es un día también para celebraciones de grupos de vecinos y amigos al aire libre, en ocasiones en mesas montadas en la calle. Pero no hay un programa de fiestas, más bien son iniciativas vecinales. El aspecto más multitudinario de las fiestas sucede en las playas, a donde mucha gente se desplaza con la sana intención de emborracharse. No puedo decir nada de primera mano, porque uno ya está mayor para esas verbenas.



Las imágenes corresponden a Blanes, pero en esencia eso es lo que se puede encontrar en muchas plazas de Barcelona.

La otra petición es más breve: Me preguntaba Usebio por los antiguos almacenes de sal de Venecia (magazzini del sale), sitos en Dorsoduro, si merece la pena su visita. Estos almacenes han sido parcialemnte reconvertidos en un centro cultural donde se realizan diversas actividades. Echamos un vistazo muy superficial una tarde según salimos del hotel y no tenía mala pinta. Nos propusimos pasar más adelante por allá, pero nos liamos y no volvimos. Tenían alguna barra donde expendían refrescos y birras. Había una exposición y programaban actuaciones. La entrada al lugar costaba algo, quizá un par de euros.

Por último, esta noticia, que no deja de ser curiosa. Al parecer, mientras no fumes tabaco puedes generar cualquier tipo de humo, que, por lo visto, no es tan nocivo. Al final todo ha sido consecuencia de la utilización del tabaco como un objeto de consumo donde lo único relevante era el beneficio. La introducción del hábito de forma abusiva se llevó a cabo por los americanos desde la industrialización del cigarrillo y se publicitó de forma admirable a través de la industria del ocio. Por ejemplo en España un fumador consumía menos de media docena al día en los años 30 y no se masificó su consumo hasta los años 50. Pero eso es tema para otra entrada.