Citas.

"La vocacion del politico de carrera es hacer de cada solucion un problema. "
Woody Allen

"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados."
Groucho Marx

"la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos profesionales"
Varios autores

lunes, noviembre 23, 2009

interrail (26) Estocolmo

Antes de seguir con este capítulo del viaje en interrail, quiero decirle a Pipurrax que no lo hago por putearle. Inicié este relato a petición de don't y si llego a saber que me iba a llevar tanto no se si lo hubiese iniciado siquiera. ¡Animo! sólo quedan dos ciudades.


El trayecto en tren  hasta Estocolmo fue variado y largo: hubo transbordador y duró unas 10 horas. Debimos dormir la mayor parte del trayecto por el sur de Suecia y llegamos allí a primera hora de la mañana (bueno no tanto, quizá las 9.00 am). Nos encontramos en la estación a los malagueños de Copenhague, habían decidido seguir nuestros pasos. Fueron los únicos viajeros/turistas españoles que nos encontramos en Suecia. En cuanto salimos de la estación, un recibimiento gélido: unos 10 grados (a 14 de agosto!) con lluvia, viento: nos tuvimos que refugiar en una iglesia de la Gamla Stan (llamada Tiska). Ahí acabé de consolidar el resfriado que me andaba rondando desde la tormenta de dos días antes.

Para los que no conozcáis esta ciudad, Estocolmo está situada entre el lago Mälaren y el mar Báltico. Se asienta sobre las orillas y sobre una variedad de islitas de tamaños diversos. Gamla Stan es la ciudad vieja (literalmente, esa es la traducción del sueco) de Estocolmo. Ese fue nuestro primer destino, situada en una islita en el centro de la ciudad a apenas 15 minutos a pie de la estación central. Es el principal punto de atracción de turistas. Pero aquel día presentaba un aspecto hostil bajo la lluvia.y el viento. Tengo grabada la imagen de una funda de guitarra volando por los aires esparciendo por doquier las monedas recaudadas por el infortunado músico callejero. Las calles mostraban un ambiente frío donde los timbres de las casas estaban rotulados con apellidos como Svenson y Johannson. Esta foto de Usebio y las siguientes dedicadas a Gamla Stan, ilustran muy bien mi primera impresión de la ciudad.

Y había que buscar albergue, como no. Hay un barco albergue en Estocolmo. Por supuesto no pudo ser, un sitio así teníamos que haberlo reservado mucho antes. Acabamos en un gimnasio hecho albergue. En la sala de ejercicios, una colchoneta por persona y listo, ahí dormíamos todos revueltos sin distinción de sexos o nacionalidades. Como duchas se aprovechan los vestuarios. En ellos estaba el detalle más chic: la sauna. Donde se quemó la cadera onda pesquera. La falta de costumbre. Los ocupantes del albergue eran israelíes, italianos argelinos…Sureños. En claro contraste con los albergues del sur, donde lo que más abundaba eran los nórdicos. Conocimos a un grupo de italianos que habían estado en Madrid en peregrinación al santuario donde su selección acababa de ganar el mundial de fumbo: el Santiago Bernabeu, donde cortaron una brizna de hierba del campo. Habían encajado el desplazamiento a España dentro del viaje para rememorar la hazaña.

El tiempo seguía variable, y la gente de por allí parecía acostumbrada, porque llevaban chubasqueros, jesreys y camisetas de manga corta que se ponían y quitaban según el momento. Por la tarde fuimos al museo nórdico situado en otra isla. Aquí es donde pudimos ver los efectos de noche tras noche en el tren. Entramos en una pequeña habitación donde se reproducían los cánticos de los pueblos sami (los lapones del norte de Suecia).  Finalmente caí(mos) como bebes al influjo del ambiente de penumbra  y la letanía narcótica de los sami. Unos cánticos primos hermanos de los gregorianos de los monjes medievales.

Ya nos habían advertido de los precios, y ya para corroborarlo, ese día vimos un bloque de pan de molde por 10 coronas. Aproximadamente 10 veces lo que se estilaba en España por la época. Otro detalle que comprobamos fue la confianza nórdica. Delante de la cara de un tendero pillamos un plano  sin que dijese ni mu. Nos lo llevamos creyendo que no costaba nada para luego caer en la cuenta que costaba dinero (unas 4 coronas). Episodios de estos hubo algún otro, pero ya con cierta intención. Bueno, pues con esto cierro el día primero de Estocolmo.

PD. En estos países teníamos ciertos problemas en los supermercados. El idioma no lo dominábamos ni mucho ni poco y teníamos que comprar alimentos que se viesen bien... Aun recuerdo una ensalada de patata comprada como si fuese yogur.

6 comentarios:

•••[Lädy Mäd]••• dijo...

pero los pequeños imprevisto q despues se superan se convierten en grandes anecdotas para contar.

Juanjo Jambrina dijo...

De este año no pasa. Estocolmo, digo.

Pablo dijo...

"Nos lo llevamos creyendo que no costaba nada para luego caer en la cuenta que costaba dinero (unas 4 coronas). Episodios de estos hubo algún otro, pero ya con cierta intención."

Tampoco sería la primera vez. Me viene a la memoria un burger que había cerca del bar de Blas...(¿Burger Piman?)

heptafon dijo...

A Estocolmo creo que volveré con cierta frecuencia por motivos familiares. Y recuerdo también numerosos bares del húmedo donde pusimos en práctica esa actuación. Creo que sólo subsiste uno, pero creo que nosotros no fuimos los culpables.

Y, si, Mädison, los pequeños imprevistos son fuente de anécdotas, como seguiremos viendo.

don´t dijo...

Después de esta sinopsis, creo que deberías iniciar en serio el relato de este apasionante viaje.

Anónimo dijo...

Pensaba que a los italianos de la brizna del Bernabéu los habíamos encontrado en "Riva di Garda".
LA última vez que estuve en Estocolmo visité el museo de arte contemporáneo y me gustó mucho, sobre todo el comedor, con magníficas vistas y unas albondiguillas como las de Ikea.
Alucino con la precisión de los recuerdos de heptafón. Para mí que muchas cosas se las inventa.

kk

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