De piratas y censores. (2)

Dejamos el otro día el tema en la víspera del advenimiento de la banda ancha en internet y la popularización de los formatos de música (y vídeo) comprimidos. Este cambio pilló a la industria a contrapié; reaccionaron como los conejos sorprendidos por un coche en la oscuridad. No supieron encontrar su hueco en internet, intentaron primero la persecución legal, cierre de Napster, etc. Finalmente parece que han conseguido acomodarse en algunos países. Netfix, Spotify, last fm, incluso Myspace parecen indicar un cierto cambio de tendencia. También puedo contar itunes, pero aquí los precios siguen siendo disparatados en mi opinión: 1.29€ por una canción de 23 segundos grabada hace 41 años no me parece un precio muy justo (Her majesty de los Beatles). Bueno, Apple ha educado a sus usuarios en el pago.

No en España donde un porcentaje significativo del tráfico en internet se dedica a la  descarga de contenidos audiovisuales sujetos a derechos de autor sin pagar más que la conexión. Este hecho, si sigue su rumbo inalterado podría significar la desaparición de la industria nacional en un plazo no demasiado largo. La facturación de la música en España ha caído al 20% de lo que era en 2001. Las tiendas de discos desaparecen y las que quedan venden posiblemente más merchandising que CD corrientes. Además, los hábitos de escucha ya no incluyen la cadena más o menos hi fi, sino los reproductores mp3 tipo ipod y similares. Sobre el consumo de películas y series, sucede algo similar. Mucha gente ya no va al cine ni ve las series en tv sino que se baja las películas y las series. En las grandes superficies, en muchas ciudades los únicos lugares en donde se pueden encontrar CD y DVD (y Blue ray) el espacio dedicado a ello disminuye de año en año. Se abre ahora un nuevo frente con la aparición de libros electrónicos. En las tiendas por internet apenas rebajan un 20% el precio respecto al libro en papel, siendo su coste bastante inferior. De momento les salva que gran parte del mercado potencial sigue prefiriendo el papel. ¿hasta cuando?. Por cierto, el IVA aplicable a los libros electrónicos es superior al de los libros en papel,gracias a otro canto a la incoherencia de las autoridades competentes.

Desde 1987 hay un factor adicional para considerar: el famoso canon. En principio se introdujo para compensar a los autores por el derecho que establecía a la copia privada y sólo afectaba a las casetes para luego extenderse progresivamente a todo tipo de soportes (aquí el enlace al BOE). Esta tasa ha dado lugar a multitud de reacciones y finalmente tiene un fallo en contra emitido por el tribunal europeo de justicia.

Es en este estado de cosas donde aparece la ley Sinde. Cuando los menores de 30 años se han educado en la cultura del gratis total durante prácticamente toda su vida adulta. En un país donde nunca se ha visto esa costumbre de otros lugares de respeto a la propiedad ajena sin garrotazo de por medio: aquí no hay cajas con periódicos donde uno deja el dinero y se lleva un periódico.

Del análisis que he hecho de la industria creo que queda claro que no simpatizo demasiado con ellos: han transformado la música que venden en salchichas y muchos de los nuevas propuestas que han surgido lo han hecho a pesar de la industria tradicional. Claro que la caída de ventas afecta a los grupos que se autoeditan tanto como a Bisbal y compañía...

De nuevo veo que me excedo con lo cual dejo para otro momento el análisis de las posturas de los consumidores que han creado un andamiaje teórico variopinto para justificar su postura llegado el caso.

Cristales de hielo en la ribera del Esla, después de una noche de frío: de -7ºC para abajo.