Canadá (11) Victoria, la última etapa.

Llegados a este punto, Vancouver, nos propusieron ir un poco más allá: la isla Vancouver donde se ubica la capital de la Columbia Británica, Victoria. Lo que no nos dijeron es que teníamos un viaje de autobús de hora y pico, luego uno de barco de unas dos horas, con lo que, añadiendo tiempos muertos y esperas nos dan 8 horas de viaje ida y vuelta para ir a la islita, que en los mapas al uso parece pegada a Vancouver.

Lo cierto es que el viaje es muy agradable, se avanza a través de canales con cantidad de islitas, algunas habitadas.

Ya en la isla, llegamos  a los jardines Butchart, una consecuencia de los desvelos de la esposa de un constructor muy lejos de su hogar y dispuesta a invertir tiempo y dinero para crear un jardín espectacular. No es un jardín botánico en el sentido que prima la ornamentación sobre cualquier otro aspecto. En suma, con un día como el que nos tocó, luminoso y cálido, el lugar perfecto para las excursiones del IMSERSO canadiense. Si además tenemos en cuenta que la isla es la sede de muchas casas de retiro debido a la benignidad de su clima, ya tenemos apuntada una de las razones del éxito del jardín. 

Con un par de fotos vale para hacerse una idea, si bien en ellas apenas aparecen visitantes, algo sumamente complicado habida cuenta de la cantidad de ellos que poblaba el parque.

La ciudad de Victoria, capital de la Columbia Británica, tiene un aire entre provinciano y fronterizo matizado por el parlamento y el montón de totems de los nativos que se pueden encontrar en algunos parques.



A la vuelta a Vancouver nos encontramos con otra puesta de sol en el Pacífico con la que cierro las imágenes del viaje.

Queda una mañana más en Vancouver y el vaje de vuelta con una precipitada escala en Montreal. Pero lo único reseñable fueron los comentarios de la persona que nos facturó el equipaje de vuelta a España. Empezó por comentar (no era la primera vez) la cantidad de españoles que estaban viajando a Canadá. Luego contó su experiencia española: había llegado a Marbella, donde vivían unos amigos después de un viaje por todo el mundo. Según llegaron les vaciaron el cohe: dinero, documentación, cámaras con las fotos, ropa, etc. Mientras contaba esto, mis compañeros de viaje, que no eran muy duchos en inglés le preguntaban si le había gustado,sipensaba volver... Hasta que les hice partícipes del contenido de su discurso. Esa experiencia debió ser todo un shock a gente tan confiada como los canadienses. En fin, ya se sabe, haciendo amigos.