Ayer intentaba lidiar con una resaca fruto de una cena con profusión de bebida y comida. Los años no perdonan y el orujo de hierbas tampoco. En el bar donde consumía una clara se encontraban tres parroquianos, presuntos jubilados. De inmediato noté que uno de ellos se encontraba en un estado de irritación considerable, las palabras que me llegaban ocasionalmente mostraban un enfado considerable contra el mundo en general y contra ZP en particular. Enumeraba el hombre un catálogo de agravios entre los cuales alcancé a oir dos: "si es que dejó casarse a los maricones y ahora les está dando lo de Salamanca a los catalanes". Acto seguido empezó a calificar al sr presidente del gobierno: "no tiene cojones, es un hijo de puta" y otros adjetivos en la misma línea. Llegados a este punto sus contertulios intentaron calmarle, más que nada porque la vehemencia estaba empezando a ser notoria en el resto del bar: "pero tranquilo, no insultes,.." En este punto soltó los dos argumentos que más me sorprendieron: "si no es un insulto, hijo de puta es un insulto si me lo dicen a mí, pero si se lo dices a un cargo no lo es". Y remató "yo siempre he sido liberal". De lo primero parece que ser presidente es como ser árbitro: hay que guardar a la madre en un armario con un impermeable y de lo segundo... deduzco consumo habitual de Federico (o Fedeguico).
Un caso típico de español, más que crispado, cabreado. Claro que ante tanto "expolio a sangre y fuego", ante "el peor gobierno de la historia de la democracia", ante tanto golpista que "entra con un tren de cercanías en el congreso" no todo el mundo puede permanecer inperturbable.
PD. Sobre el citado expolio, ¿por qué no se limitó a calificarlo de premeditado y con nocturnidad? esos adjetivos son incontestables. Para acabar, incluyo una foto de Salamanca a ver si a alguien le recuerda algo.
3 comentarios:
Raquel y yo dormimos en una ocasión, con la cabeza en la habitación de Ventura y los pies en la mía. Es caro, pero merece la pena.
En cuanto al individuo del que hablas, no merece la pena.
Ese pobre hombre no es peligroso, pero alguno similar mandando un regimiento, puede pensar que la mitad de España le está pidiendo que intervenga. Uno piensa que no, como tampoco lo pensaba el 23 F, pero yo tampoco pensaba que España iba a mandar tropas...¡a Irak, qué coño se nos habría perdido en Irak!
Estoy de acuerdo con Ventura. Nada se nos había perdido en Irak. Y algunos hoy todavía no entienden la democracia, como el señor ese del bar que comenta el anfitrión en su post.
Por cierto, leí ahora la canción de Extremoduro. Me gustó mucho la letra. A lo mejor es porque me siento identificada con alguna de sus partes. Intentaré encontrarla por alguna parte, para escucharla con música...
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