De vuelta a la rutina laboral en Madrid. La ciudad me ha recibido no como una madre sino como una madrastra: calor ya desde muy tempranito (23º a las 7 am), el autobús repleto y el habitual ajetreo del desplazamiento en hora punta. A veces, Madrid es claramente territorio hostil. De ahí el dicho "De Madrid al cielo". El purgatorio ya está pasado.
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Sobre la "muerte digna"/"vida digna", me parece una polémica un tanto distorsionada. En el fondo creo que el enfrentamiento real está entre los que creen que hay que priorizar la duración de la vida y los que dan más importancia a el bienestar del enfermo (la experiencia de usuario, por citar una expresión célebre). En este sentido la dicotomía inicial vida/muerte se podría diluir; la confrontación sería más bien entre dolor/bienestar. Entonces la diferencia inicial queda reducida a la capacidad de decisión del enfermo y el concepto de dignidad que se aplique. Aún así pocos considerarán que la imagen de Franco agonizante corresponde con el concepto dignidad.
Particularmente: yo sólo quiero que tener acceso voluntario al mismo tratamiento terminal que Copito de nieve.
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3 comentarios:
A ver si ibas a estar mejor en Barcelona.
Yo creo que no.
Mejor madrasta elegida que orfanato por obligación.
devisita
pues según y como. En cuestiones exclusivamente laborales estoy mejor en Bcn. Y lo que pasa es que tengo mucha inercia y un punto de síndrome de Estocolmo. Me cuesta cambiar. Pero sólo en el momento del cambio, luego me adapto rápidamente.
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