Japón

Y aquí estamos, cerrando el mes de Agosto, recién llegado de un viaje de 17 días en Japón. Para empezar voy a dar unas pistas básicas a posibles viajeros.

Primero: no tener miedo a ir sólo, sin guía ni viaje organizado. Japón es un país desarrollado, muy peculiar, es cierto, pero desarrollado. Además es muy seguro. Existe el problema de perderse, sobre todo en las estaciones de tren/metro. Aunque casi todas las paradas tienen los nombres en inglés, en algunas se mezclan terminales de distintas compañías de transporte con tiendas de todo tipo y centros comerciales. Por si fuera poco hay estaciones que tiene decenas de salidas. Mis consejos son: primero ir con tiempo y después preguntar. En mi escasa experiencia, aunque el sujeto no supiese una palabra de inglés, te acompañará a donde sea preciso. 

Segundo: conviene conocer antes de ir algunas de las claves sociales del país. La mentalidad es diferente y los códigos de conducta son otros. Un ejemplo podría ser la tolerancia a fumar. Hay zonas enteras de ciudades donde no se permite fumar en la calle excepto en zonas designadas. Sin embargo es posible hacerlo en la barra de un restaurante de sushi al lado del cocinero que prepara los nigiris. Más adelante resumiré algunos códigos de conducta.

Tercero: el agua es potable en casi todos los grifos. Las clavijas de los enchufes son iguales a las de USA. Esto es

Estos son datos básicos elementales que deberían ir en la primera página de las guías.

Cuarto: en verano hace calor y humedad al nivel de ciudades tropicales tipo Bangkok. si podéis evitar julio y agosto, esas sudadas que os perdéis. Son temporadas altas también abril/mayo coincidiendo con la floración de los cerezos (Sakura) y octubre cuando el cambio de hoja de los arces. 

Quinto: la cocina japonesa es muy variada,  van mucho más allá del sushi y el sashimi que se conocen en occidente.todo tipo de frituras, parrillas, caldos, tortillas japoneass o okonomiyaki, etc.. Además la variedad incluye también el precio. Se puede comer un menú con pollo ensalada, encurtidos, arroz y sopa por unos 5 euros o elegir un estrellado por Michelin por más de 150 € uno al lado de otro. Además, aunque no se entienda la carta por estar en kanji  en muchos sitios incluyen modelos de los platos. Además siempre queda el recurso de los omnipresentes restaurantes italianos o encontrar algún burguer. Desde luego la comida japonesa no fue un problema para mi: si bien no puedo decir que me guste todo, sí puedo decir que apenas comí nada no japonés en todo el viaje. Por cierto, mucho ojo al comprar en el supermercado: esas galletitas con pinta de cookies que tienen un calamar dibujado pueden tener en su composición calamar...

Sexto, los japoneses agradecen mucho que el gaijin (extranjero) se esfuerce en decir unas palabras en su idioma. Sorprendente cómo cambiaba la cara y cómo aumentaba el ángulo de las inclinaciones de los camareros/cocineros cuando se dice que algo es oishii desu (delicioso). 

Y por hoy ya es bastante. En un futuro, fotos y más pistas e impresiones.