Esta vez no me voy a quedar en la orilla. Voy a mojarme, o más bien, a meterme en un lodazal. Hoy he visto uno de los programas de sobremesa. Después de ver las fotos de Kate Moss esnifando coca, después de ver a una ex miss hablando de su relación con el ex novio de la ex novia de un torero (literal), después de ver anunciado un especial sobre los presuntos amores lésbicos de folklóricas famosas, después de todo eso, me reafirmo en mi post inicial: somos el eslabón perdido entre el ser racional y el animal. Todo ese espectáculo tiene su público: gente que se entretiene viendo en la televisión un catálogo de miserias humanas. Y como tiene su público, los participantes del circo se ganan la vida con ello. Triste. Ya se que es un tópico pero son un modelo execrable para la juventud, a la que se le trasmiten los mensajes "todo vale" y "¿para que esforzarse?", si se saca más con un apaño con cualquier vieja gloria que con una licenciatura en Teleco.
Hace algunos años, en la prensa del corazón, aparecía gente que era famosa por si misma, ahora el mercado está saturado por famosetes de 4ª o 5ª generación. Pongamos por ejemplo una señora que estaba empleada ¡hace 25 años! en una casa donde presuntamente se acostaron dos famosos. Y por si fuera poco se han iniciado programas que son auténtica cantera de personajillos como Gran hermano y similares.... eramos pocos y parió la abuela. Además de el ex de la ex de del ex de alguna vieja gloria aparece la familia de algún concursante que también entra al trapo. Todo esto me asquea y no soy capaz de permanecer en una habitación donde una TV excrete esa inmundicia.
Puedo respetar todos los gustos y puedo comprender que para varios de los afectados la situación es el chollo del siglo: vivir a costa de contar montajes por la TV. Pero conmigo, que no cuenten. Parafraseando a Groucho Los programas del corazón han hecho maravillas por mi cultura. En cuanto empieza uno, leo un buen libro o escucho buena música.
7 comentarios:
"Modelos para la juventud", es una expresión que he oído usar antes. ¿Puede ser? Sin ir más lejos, fue una de las razones por las que le concedieron el premio Principe de Asturias a Fernando Alonso. Tampoco ese me parece un buen modelo: demasiada velocidad y demasiadas pocas posibilidades de éxito para ser un camino muy transitable.
Nada, que la juventud se está quedando sin modelos. Mientras no acaben imitando a Eduardo Zaplana, todo irá bien.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Supuestamente uno tiene que ser lo suficientemente crítico como para tomar una posición, pero ¿sobre qué base si gran parte de nuestra cultura y educación vienen de esos mismos medios? En cuanto a los realities nunca me convencieron del todo, y aún ahora, cuando por desgracia uno de ellos me tiene capturada. Lo más triste sí es hacer de la miseria humana una diversión, lo cual nos hace aún más miserables.
Fernando Alonso puede ser en la sociedad que vivimos un modelo, en cuanto a la búsqueda obsesiva del éxito, un éxito prefigurado en un sueño infantil. Pero efectivamente las posibilidades de éxito de ese modelo hacen que sea contraproducente la popularización de FA como ejemplo.
Soy Eduardo
Mis pacientes están asustados porque, al parecer, desde que está celebrándose el juicio del anestesista, no para de salir gente en esos programas afirmando que su vida es miserable y se sienten marginados por el virus y el problema es que están esperando que ambas cosas sucedan de un momento a otro. Lo de Alonso tampoco me parece un gran modelo.
Saludos cordiales a los peñistas.
Jodíos seminaristas¡¡¡
Todo vale. Lo malo es que todo vale lo mismo.
Rediós¡ debat sobre el Estatut en TV3. Presenta una tal Terribas.Sí, señor, gran lección de periodismo en Tv3, la vostra. Los políticos de pesebre se exhiben encantados de haberse conocido con el Estatú tururú (según el taxista extremeño de Joan de Sagarra, maestro). Queda en el chirrido tocacojones Piqué, un Peter Lorre con cura de adelgazamiento (la coña es de MVM, maestro). Estamos con Piqué y su soledad de corredor de fondo y ante el peligro. Mejor dicho, estaríamos con Piqué si no fuera por unos mínimos principios ineludibles (qué menos). Fue Ramón de España quien clasificó al político de marras: un tipo que primero es del Pce y luego del Pp, es un tipo que se pasa la vida equivocándose. Por una vez y sin que sirva de precedente, Piqué no se equivoca. Pero ahora es demasiado tarde, Princesa.
Manuela de Madre en la segunda aprobación del Estatuto (TV3):
"Que ens deixin ser més como som nosaltres"
Publicar un comentario