Efectivamente estoy de puente, como muy bien decia Ventu. Sucede que hay internete gratuito en el hotel y como tengo un momento libre voy a escribir un poquito.
Estoy en Viena, eso justifica que no ponga ni un acento. Recuerdo la primera vez que llegue aqui, hace una eternidad, con Carlos, Angel, Garcia Bros y David, bueno, a David lo encontramos aqui. He vuelto a pasar por delante de la Votiv kirche que es donde dormimos al raso alguna noche de principios de agosto de 1982, hace una eternidad. Y he comprobado qeu nuestro viaje se llevo a cabo con programa paralelo al del turismo al uso. Solo vimos el museo de Historia Natural y eso porque llovia.
Bien, queridos, me tengo que ir. Seguiremos informando.
10 comentarios:
Dos citas imprescindibles en Viena: la exposición antológica de Egon Schielle y la tarta Sacher en la terraza del mismo nombre. Un saludo.
Como puedes suponer, la terraza Sacher no existe con estas temperaturas tan poco canarias. Si hemos tomado la tarta Sacher pero en otro sitio schwarzberg kaffee. Y he visto la antologica de Schiele hoy mismo hace un ratito. Solo una pega que poner, estaba abarrotada de gente.
Si de algo me arrepiento en mi vida es no haber ido a Europa con el interrail, creo que cuando llegue a la edad del "gero-rail" me tomaré la revancha.
Creo que no entramos al museo. de todas formas ya me estoy yendo, estoy esperando que nos recojan en el hotel. Ventura, no desesperes, que ya no hay limite de edad para el interrail. Ampliare informaciones.
Dos Posters de Albertina marcaron nuestros estudios en Salamanca.
El póster del lápiz me lo trajo Coco de Viena. Lo tengo colgado en mi habitación de León, encima de la que era mi cama; no hace mucho lo llevé a enmarcar para evitar que se deteriorase.
El póster amarillo de Albertina (que era el "otro" póster) ha colgado de las paredes de todas mis moradas desde los 18 años. Hace unos años discutí con mi sra. porque ella quiso enmarcarlo perdiéndose así el deterioro fisiológico que lo embellecía.
Nunca considero completado un traslado hasta colgar el póster, cosa que ocurrirá este viernes en mi nueva casa.
Acabo de descubrir lo que tenemos las señoras entre la amígdala y el hipocampo: marcos y molduras.
Me temo que la idea de enmarcar el poster fue mía. En este caso la pátina del tiempo era pura anécdota comparado con lo que podían hacer las manos de nuestra hija Marta en segundos.
El comentario anterior es, como podeis suponer, de la Señora de Pérez.
Habrála, pero el que patine y ensucie mis paredes se la gana.
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