Ese es el consejo que el señor Brockman, el presentador televisivo de "los Simpsons" le da a Bart para triunfar en su programa escolar de TV. Y esa es la actitud de la mayoría de los medios de comunicación y de no pocos partidos políticos. De esta forma estas instituciones se han convertido en manupuladores de sentimientos y traficantes de emociones.
Veamos. Las últimas iniciativas son instilar un sentimiento anticatalanista en el resto de España y la defensa de la "libertad" de enseñanza. Todo bañado en un aura de numantinismo que es algo que cala muy bien en la opinión pública: la resistencia contra el opresor.
Y esto produce asimismo un sentimiento encontrado, opuesto, en ciertos sectores del nazionalismo que se manifiesta mediante un odio indisimulado a todo lo "espanyol". En este caso no voy a citar ningún link por no darles publicidad. Lógicamente, al ser el nacionalismo una cuestión de sentimientos y no de racionalidad, es aquí donde se encuentra la mayor respuesta.
Cierto es que la espiral del odio no es mayoritaria en ninguna de las partes, pero podría ser que estos profetas de apocalipsis consigan encender un fuego que no sean capaces de apagar. Que reuerden asimismo que se pasó del "Pujol, enano, habla en castellano" al "hablo catalán en la intimidad" en menos de un mes. Sólo que esta vez tendría que hablarlo en público para apaciguar ánimos.
Una vez más al ver manifestaciones de los elementos más distinguidos (no necesariamente famosos) de uno y otro lado me reafirmo en la primera entrada del blog: evidentemente no son seres racionales.
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