Shanghai: la economía

Shamghai. la capital económica de China. A finales del siglo XIX las ciudad era una especie de puerto franco donde se instalaron empresas occidentales. Estas empresas construyeron edificios a la orilla del río que no desentonarían en ninguna ciudad occidental. Ahora son propiedad de bancos chinos como el ICBC. Edificios donde no dejan hacer fotos y cuyos guardias armados no parecen por la labor de hacer la vista gorda ante una transgresión de la norma. Están salpicadas de tiendas de lujo donde los precios no son los que han hecho China un destino de compras. Por ejemplo Armani o una tienda de Omega. En la calle Jinling hay no menos de 20 tiendas de instrumentos musicales; la concentración mas grande que recuerdo haber visto. Aquí la vista del Bund, que es como se llama la zona en cuestión.


Y enfrente, el Shanghai del siglo XXI Pudong. Una zona donde en 1994 no había nada, bueno, sí la torre de TV recién inaugurada:

Los edificios han brotado como setas....

La vista nocturna de esta orilla del río Huangpu es impresionante. Particularmente me impactó más que el skyline de Manhattan. El primer edificio es el Jin Mao y el segundo, con su característica forma de abrebotellas tapada por las nubes,  es el Shanghai World Financial Center. A la derecha, la construcción de la Shanghai Tower, con 632 m, iban por la mitad.

Un detalle de alguno de los edificios de apartamentos de la zona: de los más caros de Shanghai.

Vuelta a los alrededores del Bund: esa casa tiene el estilo occidental más marcado que los rascacielos.

Esta es una zona más popular, no se ven demasiados coches y sí transportes mucho más típicos chinos:

Los restos del pasado precolonial, subsisten a duras penas, algunos convertidos en centro comercial para turistas (mayoritariamente chinos). Nos contaba el guía que Shanghai recibe a más de 60 millones de visitantes al año de los que poco más de 1 millón son extranjeros...

Junto con algún templo budista como el templo del Buda de jade, donde hice esta foto de las cintas de oración.

Shanghai es una ciudad con una personalidad un poco diferente del resto de las ciudades, por la pervivencia del pasado colonial y porque se percibe una cierta multiculturalidad especialmente evidente en el centro comercial de la calle Taicang (creo que se llama Xintiandi) donde hay sobre lo que fue un antiguo barrio un montón de restaurantes, algunos de los cuales son franceses, italianos o alemanes. Claro que esta multiculturalidad viene del dinero, más que de la tradición colonial.

Pues con esto el relato del viaje toca a su fin. Quedan fotos para hacer 10 entradas más, pero con lo que me cuesta escribir, puede que me conforme llegado el caso con un par de entradas sobre los jardines o sobre alguna foto notable que no haya tenido cabida en este relato.

Faltaba un viaje de 4 horas hasta Beijing, escala de 3 horas y otras 11 hasta Madrid, pero os ahorro ese periplo.

Y aprovecho esas cintas rojas para desearos felices fiestas, que hoy es Nochebuena, o más bien Navidad ya, que son las 00.45.